El Poder Ejecutivo necesitará asegurarse un superávit primario suficiente para cubrir el pago de intereses de la deuda. La salida del cepo y el acuerdo con el FMI, los principales interrogantes
El equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo se encuentra en la etapa final de elaboración del Presupuesto 2025, el proyecto de ley con la estimación de gastos y recursos que ingresará a mediados de septiembre al Congreso y que contendrá los supuestos de inflación, actividad económica, dólar, recaudación y gastos.
El presidente Javier Milei anticipó que establecerá una regla para asegurar el equilibrio financiero, que el nivel de endeudamiento no crezca y tratar de bajar el riesgo país, un indicador que el equipo económico no consigue bajar sostenidamente de forma tal que le permita volver a los mercados internacionales.
Las próximas semanas serán decisivas para los números finales que llegarán para su discusión en el parlamento. Tendrá en su articulado, además, otros elementos como la estructura de gastos para el año próximo, que estará “encorsetado” por el techo que le dará el superávit primario necesario para cubrir los intereses de la deuda.
Milei adelantó que un grupo de partidas presupuestarias seguirán el ritmo de inflación y de la variación de la actividad. Y aseguró que habrá bajas de impuestos si hubiese un excedente sobre lo presupuestado.
Por lo pronto, son pocos los números concretos que están sobre la mesa, solo algunos sobre la proyección de recaudación tributaria, que darían una pista sobre la nominalidad que espera el Poder Ejecutivo para el año próximo.
“La recaudación de impuestos nacionales y de aportes y contribuciones a la seguridad social en 2025 se estima que aumentará 54,4% respecto a la proyectada para 2024, reduciéndose 0,45 puntos del PBI respecto al año anterior”, planteó el Gobierno en el anticipo del proyecto de ley enviado al Congreso en julio.
“La presión tributaria pasaría de 21,61% del PBI en 2024 a 21,16% de PBI en 2025. Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria, destacándose la menor recaudación como consecuencia de la finalización de la vigencia del impuesto PAIS”, resaltó el citado anticipo.

“La suba estimada de la recaudación nominal se explica por los aumentos proyectados de la actividad económica, los volúmenes del comercio exterior, la remuneración imponible y los puestos de trabajo, los precios y el tipo de cambio. En el mismo sentido incidirán los mayores ingresos esperados correspondientes a los regímenes de facilidades de pago”, explicó el equipo económico.