Un grupo de gobernadores ha dado un paso firme en la reconfiguración del mapa político argentino al anunciar la creación de un nuevo frente electoral y legislativo: «Provincias Unidas». Este espacio, que se perfila como una tercera vía frente a la polarización entre el oficialismo de Javier Milei y el peronismo kirchnerista, busca consolidar una agenda de desarrollo federal y productivo. El nombre, que evoca la historia nacional, subraya el carácter federal y la intención de articular los intereses del interior del país frente a la centralidad porteña.
El lanzamiento oficial del frente es la culminación de un proceso de acercamiento entre mandatarios de distintas extracciones políticas, como el chubutense Ignacio Torres, el santacruceño Claudio Vidal, el santafesino Maximiliano Pullaro, el cordobés Martín Llaryora y el jujeño Carlos Sadir. Estos líderes, que habían coincidido en el «Grito Federal» semanas atrás, han logrado plasmar un acuerdo con el objetivo de construir una oposición constructiva y no meramente testimonial. La propuesta se fundamenta en un programa de gobierno que prioriza la salud y la educación pública, la inversión en infraestructura y una visión de relación público-privada.
La creación de «Provincias Unidas» surge en un contexto de creciente tensión entre los gobiernos provinciales y la administración central. Las políticas de ajuste fiscal impulsadas por Milei, que han afectado a los recursos coparticipables y a las transferencias discrecionales, han forzado a los gobernadores a buscar una agenda común de defensa de los intereses regionales. El nuevo frente se presenta como un espacio de contención y representación para aquellos sectores que no se sienten identificados ni con la confrontación del kirchnerismo ni con la visión centralista del Gobierno nacional.
El nuevo espacio tiene una ambición clara: constituir un bloque legislativo unificado en el Congreso que le permita tener peso propio en las discusiones clave. De acuerdo con los arquitectos del frente, la idea es que los legisladores que resulten electos bajo este paraguas político conformen una bancada que negocie y presione por los intereses de las provincias. El objetivo es romper el esquema de la «grieta» y convertirse en un actor determinante en la sanción de leyes y en la asignación de recursos.
La conformación del frente no está exenta de desafíos. Si bien ya cuenta con el apoyo de más de 400 intendentes de las provincias fundadoras, sus promotores ya iniciaron conversaciones con otros mandatarios, como Gustavo Valdés (Corrientes), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Raúl Jalil (Catamarca), para sumar adhesiones. La capacidad de este nuevo espacio para trascender las particularidades provinciales y convertirse en una fuerza electoral competitiva a nivel nacional será la prueba de fuego en las próximas elecciones.
La irrupción de «Provincias Unidas» marca un hito en la política argentina, desafiando la lógica binaria que ha dominado el escenario en los últimos años. La apuesta por una agenda federal y de desarrollo productivo busca captar el descontento de un vasto electorado que demanda soluciones concretas y un liderazgo diferente. El éxito del frente dependerá de su capacidad para articular un proyecto sólido y ofrecer una alternativa viable y creíble frente a las opciones tradicionales.