Inter Miami ha entrado en una fase crítica de redefinición deportiva. Tras los anuncios de retiro de Sergio Busquets y Jordi Alba al finalizar la temporada 2025, la franquicia de Florida se enfrenta al «fin de una era» y ha activado inmediatamente su «Plan 2026» para renovar su columna vertebral alrededor de Lionel Messi. La partida de dos de los pilares que llegaron en 2023 exige una ambiciosa y rápida inyección de jerarquía en el mercado para mantener el proyecto competitivo y evitar que el astro argentino se quede sin socios de élite.
La institución, con el co-propietario Jorge Más a la cabeza, ha priorizado asegurar la continuidad de su máxima estrella. Conscientes de que el «apetito de triunfos» de Messi no se ha desvanecido, la directiva trabaja en cerrar los detalles de su renovación contractual. La permanencia de Messi no solo garantiza la visibilidad global de la MLS, sino que es el motor deportivo y el principal reclamo para atraer a los jugadores de renombre necesarios para afrontar el vacío de liderazgo que dejan los veteranos españoles.
El primer movimiento para reestructurar la defensa ya está acordado. Inter Miami ha logrado un principio de acuerdo con el lateral izquierdo español Sergio Reguilón, de 28 años, que llega como agente libre tras su paso por el Tottenham y con una formación en la cantera del Real Madrid. Reguilón es visto como un reemplazo directo y de alta calidad para cubrir la banda izquierda que dejará libre Alba, asegurando experiencia europea y velocidad en una zona vital del campo.
El foco de la preocupación se traslada ahora al último miembro del «Cuarteto Fantástico»: el uruguayo Luis Suárez. El delantero, cuyo futuro depende de su estado físico debido a las crónicas dolencias en la rodilla, está evaluando una oferta de renovación por parte del club. Si bien su aporte goleador es extraordinario, la posibilidad de que siga el mismo camino de retiro que sus excompañeros de Barcelona obligaría al Inter Miami a buscar no dos, sino tres grandes nombres para la próxima campaña.
El objetivo a largo plazo es claro: construir un «súper equipo» para 2026. Los rumores de mercado apuntan a que la franquicia tiene en la mira a al menos tres figuras de renombre internacional para inyectar nueva sangre y llenar los cupos de Jugador Franquicia que se liberen. La estrategia pasa por combinar la experiencia de Messi y Luis Suárez (si renueva) con jugadores en plenitud que puedan maximizar las chances de que el equipo de Fort Lauderdale levante su primera MLS Cup.
La tarea recae ahora sobre los hombros del cuerpo técnico encabezado por Javier Mascherano, quien debe gestionar la transición de esta era dorada. Reemplazar la inteligencia táctica de Busquets y la proyección ofensiva de Alba requerirá más que solo fichajes de cartel; exigirá una redefinición del estilo de juego y una rápida integración de los nuevos talentos, todo bajo la presión de tener a la figura más grande del fútbol mundial como estandarte.