El Gobierno argentino ha anunciado una reducción temporal en los derechos de exportación para productos agropecuarios clave, una medida que, según estimaciones oficiales, implicará una pérdida de recaudación equivalente al 0,13% del Producto Bruto Interno (PBI). Este recorte, que se implementará mediante un decreto y se reajustará automáticamente en julio sin necesidad de pasar por el Congreso, busca aliviar la carga tributaria del sector agropecuario.
La decisión de reducir las retenciones responde a las demandas de los productores agrarios, quienes han enfrentado desafíos significativos debido a la caída de los precios internacionales de los commodities y la apreciación del peso argentino. La medida estará vigente hasta finales de junio y beneficiará a cultivos como soja, trigo, cebada, sorgo, maíz y girasol. Por ejemplo, el impuesto a la exportación del poroto de soja se reducirá del 33% al 26%. Además, se eliminarán permanentemente las retenciones a las economías regionales, incluyendo productos como azúcar, algodón y arroz.
El ministro de Economía, Luis Caputo, ha señalado que, si bien la eliminación completa de las retenciones sería ideal, actualmente solo es viable una reducción temporal debido a las limitaciones fiscales. Caputo mencionó que para eliminar por completo este gravamen, el Estado nacional debería contar con un superávit de 8.000 millones de dólares, una meta aún inalcanzable en el contexto económico actual.
El impacto fiscal de esta medida se estima en aproximadamente 800 millones de dólares, lo que representa casi la mitad del superávit financiero que el Estado nacional registró en 2024, equivalente al 0,3% del PBI. A pesar de esta pérdida de ingresos, el Gobierno considera que la reducción de las retenciones es un paso necesario para apoyar al sector agropecuario y fomentar una mayor producción y exportación.
Paralelamente, el Ejecutivo ha intensificado la presión sobre las provincias y municipios para que implementen sus propios recortes en la carga impositiva. El ministro Caputo ha instado a los gobernadores e intendentes a reducir impuestos como Ingresos Brutos y tasas municipales, argumentando que, aunque el Gobierno nacional está haciendo un esfuerzo por bajar impuestos, es necesario que las administraciones locales también contribuyan al alivio fiscal.
Esta iniciativa del Gobierno busca equilibrar la necesidad de apoyar al sector agropecuario con el mantenimiento de la estabilidad fiscal. Al reducir temporalmente las retenciones y alentar a las provincias y municipios a disminuir sus impuestos, se espera aliviar la carga tributaria sobre los productores y estimular la actividad económica en el sector agrícola, considerado uno de los pilares fundamentales de la economía argentina.