Las negociaciones entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA) en la Ciudad de Buenos Aires para las próximas elecciones legislativas han entrado en una fase decisiva. Tras semanas de tensiones y diferencias, los principales referentes de ambos espacios, Mauricio Macri y la secretaria general de la Presidencia Karina Milei, habrían llegado a un principio de acuerdo. Este pacto, no exento de sacrificios para el partido amarillo, busca formalizar una alianza que les permita competir en una lista unificada, aunque con una evidente preponderancia del espacio libertario en las primeras posiciones.
Según fuentes cercanas a la negociación, el PRO estaría dispuesto a aceptar las condiciones impuestas por LLA, que incluyen una posición «diluida» para sus candidatos en el histórico bastión del macrismo. La oferta inicial de La Libertad Avanza solo garantizaría al PRO la renovación de uno de los tres escaños que se ponen en juego en la Cámara de Diputados. Esta situación ha generado un debate interno, con voces que señalan una pérdida de identidad del partido en un distrito que ha gobernado desde 2007, y otras que defienden la necesidad de consolidar una coalición más amplia para enfrentar a las otras fuerzas políticas.
El acuerdo, que se gestó tras un encuentro entre Mauricio Macri y su hermana, implicaría una cesión estratégica por parte del PRO. La discusión se centró en la composición de las listas. Mientras LLA busca un dominio total para fortalecer su representación en el Congreso, el PRO intenta preservar su capital político y la continuidad de sus legisladores. El resultado de estas negociaciones podría definir no solo la conformación del bloque en CABA, sino también la dinámica de la relación entre ambas fuerzas a nivel nacional.
La decisión de ir juntos en la capital contrasta con la situación en otras jurisdicciones. La Libertad Avanza ya presentó listas conjuntas con el PRO en la provincia de Buenos Aires, donde la alianza se formalizó con intendentes del partido amarillo encabezando nóminas en varias secciones electorales. Sin embargo, en CABA, la cuna del macrismo, el escenario es más complejo y la pugna por los espacios es más intensa, lo que refleja la importancia simbólica y política del distrito para ambos espacios.
Este acuerdo, de concretarse en los términos planteados, tendría profundas implicancias. Para el PRO, significaría aceptar un rol de socio menor en su propia casa, lo que podría generar fisuras internas. Para La Libertad Avanza, consolidaría su posición dominante en la coalición oficialista, demostrando su capacidad para imponer condiciones a sus aliados. La conformación definitiva de las listas será un termómetro clave para medir la fortaleza y los límites de la alianza de cara a las elecciones.
La expectativa ahora se centra en los nombres concretos que integrarán la lista. La distribución de los puestos será el indicador final del poder de negociación de cada parte. Los próximos días serán decisivos para conocer los candidatos que se sumarán a la boleta, en un juego de ajedrez político que definirá la nueva conformación del Congreso y la relación de fuerzas en la capital, una de las batallas electorales más importantes del país.