Inter Miami acababa de perder 3-0 como local ante Orlando City por la MLS y Lionel Messi, con la cinta de capitán en su brazo izquierdo, había enfrentado los micrófonos para arengar a su tropa luego de la quinta derrota en los últimos siete partidos. El delantero, de 37 años, se quejó del arbitraje y ensayó una dura autocrítica: «Venimos de un periodo de resultados malos, pero hay que seguir trabajando y pensar en lo que viene para terminar el mes de la mejor manera y enfrentar el Mundial de Clubes“, prologó lo más fuerte de su discurso.