la justicia argentina puso en marcha el mecanismo para la extradición de los dos principales acusados en el brutal triple femicidio narco de florencio varela, un caso que conmocionó a la sociedad del conurbano bonaerense por su crudeza y los presuntos vínculos con el crimen organizado. la decisión de «traerlos cuanto antes» a osvaldo dejesús gómez, alias «pequeño j«, y a nelson dario martinez, conocido como «ozorio«, desde paraguay implica un giro fundamental en la investigación, permitiendo a los fiscales avanzar en la etapa decisiva de la instrucción. el caso podría entrar en su fase de elevación a juicio una vez se concrete el traslado y se les tome la indagatoria formal.
gómez y martinez fueron detenidos en territorio paraguayo tras una intensa búsqueda binacional que se extendió durante meses. a pesar de la evidencia que los vincula al horrendo asesinato de las tres jóvenes mujeres, pequeño j ha negado categóricamente su participación, declarando a medios que «hay que encontrar al culpable, no tengo nada que ver«. esta postura sugiere una estrategia de defensa agresiva y un rechazo a cooperar, lo que obliga a la fiscalía a robustecer aún más la prueba documental y testimonial recolectada en la escena del crimen y en los operativos posteriores.
el proceso de traslado no es inmediato y requiere de complejas gestiones a través de la cancillería argentina y el cumplimiento de los procedimientos de extradición del paraguay, respetando los plazos y garantías legales internacionales. según fuentes judiciales consultadas por este medio, el requerimiento de extradición ya fue cursado y se encuentra en la etapa final de cumplimiento, donde la coordinación entre las fuerzas de seguridad de ambos países es esencial para garantizar la seguridad de la operación.
el horrendo crimen se sospecha que fue motivado por una venganza narco o un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de estupefacientes en el sur del conurbano bonaerense. la fiscalía sostiene la hipótesis de que el móvil fue la disputa territorial o la traición dentro de una organización criminal. el impacto de este caso no solo es judicial, sino también social, reabriendo el debate sobre la violencia de género interseccional con el crimen organizado en zonas vulnerables de la provincia de buenos aires.
la celeridad que imprime la justicia al proceso de repatriación es crucial, dado que la negación de los acusados podría derivar en una compleja batalla legal que busca dilatar el proceso. según el análisis de ernesto lópez, abogado penalista especializado en causas de narcotráfico, «traerlos es solo la primera victoria. el verdadero desafío será consolidar la cadena de custodia de la prueba y las pruebas testimoniales en el juicio oral, especialmente cuando el contexto es de alta peligrosidad y los imputados manejan estructuras criminales.»
la llegada de pequeño j y ozorio a argentina no solo cerrará el capítulo de su fuga, sino que marcará el inicio de la cuenta regresiva para el juicio por este resonante triple femicidio. el desenlace de esta causa, por sus implicancias con el crimen organizado y la violencia estructural, será observado de cerca por la sociedad y sentará un precedente sobre la capacidad del estado argentino de perseguir y castigar crímenes transnacionales, demostrando rigor ante las estructuras delictivas que operan en la frontera.