En un contexto de creciente tensión, el Gobierno Nacional respondió enérgicamente a un video difundido por un grupo de narcotraficantes, quienes amenazaron directamente a la exministra de Seguridad, Patricia Bullrich. La grabación muestra a los delincuentes empuñando un arsenal compuesto por subfusiles FMK3, una pistola Glock, un fusil FAL y una escopeta calibre 12, mientras pronuncian la advertencia: “Esto nunca se va a terminar”. Desde el Ejecutivo, calificaron el mensaje como una “clara amenaza terrorista” y aseguraron: “No se equivoquen, con nosotros nunca podrán”.
El video, que circuló ampliamente en redes sociales, encendió las alarmas entre las autoridades y la ciudadanía. Las imágenes presentan un nivel de organización y acceso a armamento sofisticado que pone de manifiesto la capacidad operativa de estas organizaciones. Fuentes oficiales confirmaron que el material ya está siendo investigado por las fuerzas de seguridad y la Justicia Federal, que trabajan en identificar a los responsables y evaluar posibles conexiones con cárteles internacionales.
Patricia Bullrich, actual líder de la oposición y exfuncionaria clave en la lucha contra el narcotráfico durante la gestión anterior, expresó su preocupación y subrayó la necesidad de reforzar las estrategias de seguridad. “Este tipo de amenazas no solo buscan intimidarme a mí, sino a todo el sistema democrático. No podemos permitir que el narcotráfico siga ganando terreno en nuestro país”, declaró en una conferencia de prensa.
El Gobierno, por su parte, enfatizó que las instituciones de seguridad están plenamente activas y comprometidas en combatir estas redes criminales. El ministro de Seguridad afirmó: “No vamos a permitir que estos grupos pretendan instalar el miedo en nuestra sociedad. Cada amenaza será respondida con la máxima fuerza de la ley”. Además, se anunció un refuerzo en las operaciones conjuntas de las fuerzas federales en las zonas más afectadas por el narcotráfico.
En el ámbito político, este episodio reavivó el debate sobre las políticas de seguridad. Mientras algunos sectores reclaman un endurecimiento de las leyes y mayor presencia militar en las regiones críticas, otros advierten sobre la necesidad de trabajar en soluciones integrales que incluyan educación, desarrollo social y reducción de la pobreza como herramientas para debilitar el poder del narcotráfico.
La amenaza también generó repercusiones internacionales. Organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y expertos en seguridad regional expresaron su respaldo a las instituciones argentinas en su lucha contra el crimen organizado. “La región enfrenta un desafío común frente al narcoterrorismo, y la cooperación entre países es fundamental para garantizar la estabilidad democrática”, afirmó un portavoz de la OEA.
Con este trasfondo, el país se enfrenta a una coyuntura que pone a prueba su capacidad de respuesta frente a un flagelo que afecta no solo a la seguridad pública, sino también a la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
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