a causa por violencia de género que tiene como imputado al ex presidente Alberto Fernández sumó un nuevo y significativo capítulo de dilación, luego de que la querella de Fabiola Yáñez presentara un escrito ante la Justicia solicitando la continuidad del juez Julián Ercolini, magistrado que había sido apartado del expediente por la Cámara Federal de Casación Penal. Esta movida judicial pone en suspenso la potencial elevación a juicio oral y público de la causa.
La decisión de la defensa de la ex primera dama, si bien sorpresiva, busca revertir la recusación de Ercolini que había sido interpuesta por la propia defensa de Alberto Fernández, basándose en la supuesta relación previa y vínculo académico entre el ex mandatario y el juez. Los abogados de Yáñez advirtieron que la recusación fue un ardid procesal del imputado con el objetivo de «demorar esta investigación y apartar al juez natural de la causa».
La Cámara de Casación había apartado a Ercolini, pero convalidó todos los actos procesales realizados hasta el momento, lo que teóricamente preparaba el camino para la rápida llegada a juicio, bajo la órbita del nuevo juez. Sin embargo, el planteo de Yáñez reabre un debate sobre la validez de esa recusación y, sobre todo, sobre la estrategia dilatoria que podría estar detrás.
Paralelamente, la defensa del ex presidente Alberto Fernández aprovechó el cambio de magistrado para solicitar la nulidad de toda la investigación, comparando su situación procesal con el personaje Josef K. de la novela El Proceso de Franz Kafka, alegando que todo el expediente se desarrolló bajo la premisa de un juez parcial. Según análisis de fuentes judiciales, este pedido de nulidad, sumado al planteo de Yáñez, configura un «laberinto procesal» que posterga la resolución.
El caso, que ya cuenta con un procesamiento confirmado por la Cámara Federal, se encuentra en una etapa crucial que define su paso a la instancia de debate oral. El pedido de Yáñez, según fuentes allegadas al proceso, busca garantizar una tramitación más expedita al evitar que el cambio de juez sea el puntapié de un nuevo ciclo de nulidades y recursos que terminen por frustrar el juicio.
La resolución de este conflicto jurisdiccional es vital no solo para la causa en sí, sino como un precedente sobre el uso de recusaciones como táctica dilatoria en casos que involucran a figuras de alto poder político. La decisión final sobre la continuidad de Ercolini o la confirmación de su apartamiento, y el consecuente destino del pedido de nulidad, definirá el tiempo y la forma en que la ex primera dama podrá acceder a la tutela judicial efectiva por los hechos denunciados.















