El ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, de 70 años, fue diagnosticado con cáncer de piel tras estudios médicos realizados en Brasilia. El hospital DF Star confirmó la presencia de carcinoma de células escamosas en dos lesiones cutáneas, lo que obligará al ex mandatario a controles periódicos y seguimiento clínico. La noticia se conoce mientras Bolsonaro cumple prisión domiciliaria, tras ser condenado a más de 27 años de cárcel por intento de golpe de Estado.
El oncólogo Cláudio Birolini explicó que este tipo de cáncer es de nivel intermedio en gravedad, situándose entre las variantes benignas y las más agresivas. Según el especialista, aunque no es el más letal, requiere atención constante debido a la posibilidad de complicaciones serias. El hallazgo ocurrió después de que Bolsonaro presentara vómitos, mareos y anemia persistente, lo que motivó su hospitalización de urgencia.
El ex jefe de Estado ya había sido sometido a la extracción de ocho lesiones cutáneas días antes, procedimiento autorizado por el Supremo Tribunal Federal (STF), donde enfrenta múltiples procesos judiciales. Además, continúa bajo tratamiento por anemia y alteraciones renales, en un cuadro de salud marcado por intervenciones quirúrgicas previas, entre ellas la realizada en abril de 2025 por una oclusión intestinal.
En el plano judicial, Bolsonaro fue condenado a 27 años y 3 meses de prisión por encabezar una trama golpista que buscaba impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva en 2023. La sentencia también alcanzó a ex ministros y militares. Sin embargo, el ingreso a prisión no será inmediato: el fallo debe ser convalidado y la defensa dispone de instancias de apelación, tanto en el STF como en tribunales internacionales.
El bolsonarismo busca ahora apoyo parlamentario para impulsar un proyecto de amnistía, iniciativa que enfrenta resistencia en partidos de centro y que, en caso de aprobarse, podría ser vetada por Lula. Desde el Supremo Tribunal ya adelantaron que un perdón sería inconstitucional en casos de “crímenes contra la democracia”.
El futuro de Bolsonaro se encuentra en una encrucijada: su salud deteriorada refuerza el argumento para continuar bajo arresto domiciliario, mientras sus seguidores redoblan esfuerzos por evitar que el ex mandatario termine en prisión. La evolución médica y el desenlace político determinarán el alcance real de este nuevo capítulo en la vida del líder de la ultraderecha brasileña.