Apenas se confirmó el fallecimiento del Papa Francisco, miles de fieles iniciaron una carrera por conseguir pasajes a Roma. Aerolíneas reportaron vuelos agotados hasta dentro de un mes, con precios que quintuplican su valor habitual.
Las aerolíneas Latam y Aerolíneas Argentinas agregaron frecuencias especiales, pero la demanda superó toda expectativa. «Es histórico; ni para el Mundial de Qatar vimos algo así», admitió un ejecutivo del sector.
El Vaticano prepara un funeral masivo para el 27 de abril, con líderes mundiales confirmados. Argentina declaró duelo nacional y organizará misas simultáneas en todo el país.
En Roma, hoteles ya no tienen disponibilidad, y muchos peregrinos optan por alquileres temporarios o ciudades cercanas como Nápoles. Las autoridades italianas reforzarán la seguridad con 10.000 efectivos.
El Papa Francisco, primer pontífice latinoamericano, dejó un legado de reformas y controversias. Su última voluntad fue ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, donde rezó por primera vez en Europa.
Mientras, en Buenos Aires, los fieles llenan la Plaza de Mayo con velas y banderas. «Era nuestro Papa, el de los pobres», lloraba una mujer. Su muerte marca el fin de una era para la Iglesia y para Argentina.